El Supremo dice que, a partir de que el mensaje del correo electrónico está en el buzón y ha sido leído, esa comunicación ya no queda protegida por el secreto de las comunicaciones.
El Supremo dice que, a partir de que el mensaje del correo electrónico está en el buzón y ha sido leído, esa comunicación ya no queda protegida por el secreto de las comunicaciones.